He estado cuatro largos meses sin fumar.
Cuando decidí dejarlo, creía que no lo conseguiría pero durante cuatro meses no he fumado ni un sólo pitillo -de cajetilla y media a cero en un segundo-. Lo cierto es que cuando imaginaba que nunca más volvería a coger un cigarro, sentía un ligero escalofrío (¿he dicho ligero? quise decir, un gran escalofrío).
Hoy y aunque por la foto lo parezca, NO he vuelto a fumar, ahora cyberfumo: eso que veis en la foto es mi última adquisición, un cigarrillo electrónico; no hay combustión, sólo una suerte de humo que en realidad es algo así como vapor de agua.
La nostalgía de volver a dar una calada se ha esfumado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario