4 de marzo de 2005

La audiencia, ese oscuro objeto de deseo.



La audiencia, ese oscuro objeto de deseo.

Compatriotas, ¡esto es la guerra!
Sardà contra Buenafuente, la Campos contra Ana Rosa, “El diario de Patricia” contra las cajas de Jesús Vázquez...
Todos sabemos que nosotros, inocentes y desprotegidos televidentes, somos la audiencia, pero... ¿realmente sabemos cómo se mide?

Si me lo permiten, les contaré una pequeña anécdota personal:
Jose y Mª Pili, una pareja amiga mía, se rebelaron contra la basura televisiva y no sólo se propusieron no encender su televisor, sinó que quisieron boicotear a las cadenas desenchufando la antena de su aparato a fin de no computar en los indices de audiencia.
Pobrecitos Jose y Mª Pili, que desinformados que estaban, pero en cuanto me contaron su genial idea, yo les disparé mi artillería pesada:

-A ver parejita, ¿habéis oído hablar de Sofres?

Sofres es la empresa que se encarga de medir la audiencia, ¿cómo lo hacen? Tienen instalados audímetros en unos 3300 hogares de España. A cada persona de la casa que tenga más de cuatro años de edad, se le asigna una letra en un botón de su mando a distancia que debe pulsar cada vez que encienda o apague el televisor, o cada vez que entre o salga de la sala donde lo tiene.
El audímetro registra durante las 24 horas del día todos los cambios que se han ido produciendo en los diferentes televisores de la casa, hasta que cada mañana recibe la llamada del ordenador central de Sofres donde vuelca toda la información almacenada.

Pili pensó que yo hablaba de ciencia-ficción, pero Jose abrió mucho los ojos y se preguntó que cómo era posible que una muestra tan pequeña (3.300 hogares) pudiera representar a los 43 millones de españoles que somos.


Juzguen ustedes mismos, yo personalmente soy bastante agnóstica en lo que a Sofres se refiere, así que:
Mª Teresa Campos, no te preocupes si ya no eres la reina de las mañanas. Querido Carlos Sobera, no desesperes si tu movimiento de ceja ya no despierta pasiones.
Juan Ramón Lucas, no pienses en el suicidio televisivo como tu única opción y, queridos anunciantes, no crean que Sofres es la piedra filosofal. Yo no tengo el aparatito en casa (de hecho no conozco a nadie que lo tenga) y también veo la tele.

Por último, a todos los Joses y Mª Pilis del mundo, siento mucho comunicaros que sois invisibles, que vuestras acciones no computan y que vuestros boicots sólo sirven para darme la oportunidad de escribir artículos como este.

Johanna Acquah Poblador.


Artículo publicado en www.todotele.com
Artículo publicado en "Visto en televisión"

1 comentario:

  1. Anónimo1:22 p. m.

    Una vez en un foro preguntamos y nadie, absolutamente nadie de los muchos foreros conocía a una sola persona que tuviese un aparatito de esos.


    Vamos, que habría que ver si es verdad lo de los 3000 hogares...

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