19 de enero de 2012

IMAGÍNATE




  • Imagínate que el director del banco donde quieres traspasar la cuenta de tu negocio os invita a ti y a tu pareja a cenar a casa.

  • Imagínate que para la ocasión estrenas un vestido, tardas cerca de dos horas en maquillarte y te pones los zapatos altísimos que tienes reservados para las ocasiones especiales.

  • Imagínate que durante la velada y entre risas y anécdotas rellenan una y otra vez tu copa de vino  y pierdes la cuenta de las que llevas.

  • Imagínate que no puedes ni tomar los postres porque aunque intentes disimularlo estás muy borracha y lo único que quieres es ir al baño, no hace falta que te diga a qué.

  • Imagínate que la casa tiene escaleras y entre el vino y los tacones casi te despeñas intentando llegar a la toilette.

  • Imagínate que una vez en el baño te niegas a salir de allí por culpa de las pintas, la vergüenza y las malditas escaleras.


PUES YO NO TENGO QUE IMAGINÁRMELO.




P.S Diré en mi defensa que el director del banco es amigo nuestro.

9 de enero de 2012

NOCHE VIEJA 2011: LA CRÓNICA




Ahora que damos como oficialmente inaugurado el año, estoy en condiciones de narraros mi última cena del 2011.

NOCHE VIEJA 2011, LA CRÓNICA:

Si hubiera que escoger una palabra para definir  la Noche Vieja del 2011, esta sería Stress.
Como viene siendo mi costumbre para la última noche del año, invité a cenar a parte de mi familia, saqué mi mejor vajilla, preparé mis mejores manjares  y todos nos pusimos nuestras mejores galas  para recibir el nuevo año, en total éramos 15 si contamos los dos perritos.

A LAS 22.30H DESPUÉS DE QUE MIS INVITADOS Y YO MISMA TOMÁRAMOS UN MARTINI CON LIMA, NOS SENTAMOS A LA MESA Y EMPEZAMOS A CENAR.



El primer plato que serví  fue una deliciosa sopa de marisco, estaba tan buena que todos quisimos  repetir y aunque no nos atrevíamos -por si no llegábamos a las uvas- al final, como intrépidos aventureros, nos arriesgamos y todos  tomamos un plato más (minipunto para mí).

El segundo plato fue estofado de pavo con milhojas, muchos también quisimos repetir pero los nervios pudieron con nuestra gula y lo único que se oía en mi casa era: ¡Johannita las uvas! ¡Come más deprisa Raquel! ¡Maribel! ¿¿¿Aún no has acabado??? ¡Johannita las uvas!

¡¡¡POR EL AMOR DE DIOR, SI FALTABA MEDIA HORA PARA LAS UVAS!!! ya tomaríamos el postre y los cafés después de las campanadas… pues no, Johannitalasuvas tuvo que dejar su plato a medias y dirigirse a la cocina en compañía de al menos 10 personas que recogían la mesa, vaciaban platos, abrían y cerraban el lavavajillas y  ponían doces uvas en platitos rebuscando entre los racimos para encontrar las más pequeñas; mientras, como no, desde el comedor llegaban los implacables gritos de  “¡Johannita las uvas!”.


A LAS 12 MENOS 5 YA ESTÁBAMOS TODOS SENTADOS DELANTE DE NUESTROS RESPECTIVOS PLATOS DE UVAS  y por fin en mi casa no se oía ni una mosca.  Pusimos Telecinco y vimos a la Pantoja  y a su retoño dar los cuartos y entonces…  buscando el más difícil todavía y a modo de venganza, le dije a mi amantísimo esposo que cambiará de canal y así lo hizo.
¿Sabéis esos instantes en que el digital se queda como colgado y tarda unos segundos en sintonizar la señal del nuevo canal y parece que el mundo se detiene y lo ves todo en cámara lenta?  Pues eso.

Después de una larga agonía, en el televisor  apareció como un ángel salvador Carolina Cerezuela diciendo ¡Una! y todos empezamos  a engullir las doce uvas como si no hubiera un mañana.


RISAS, LLOROS, TOSES, ALGUNA QUE OTRA UVA VOLANDO, alguien que se da cuenta que en su plato faltaba alguna uva y la cogía del plato de al lado: una locura, y es que yo no sé que obsesión tenemos en España con las uvas que parece  que si no te comes las 12 se acaba el mundo.

Vamos que como no corremos suficiente todo el año, lo ideal es que la última cena sea un manojo de nervios, prisas y sin vivires; y como después de la tempestad llega la calma,  la CALMA por fin llegó y que, no es por criticar, pero la post cena se alargó hasta poco más de las 8 de la mañana…


EL AÑO QUE VIENE LES PONGO A TODOS UN PAR DE DIAZEPANES EN EL MARTINI DE BIENVENIDA Y YA VERÁS QUE TRANQUILITOS CENAMOS Y A LAS 12, TODOS DURMIENDO, EN MI SOFÁ, PERO DURMIENDO.
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