- Tocado: Chanel.
- Chaqueta Tejana: Mango.
- Bolso: Gucci.
- Botas: Gucci.
YO NO SALGO MUCHO Y NO POR FALTA DE GANAS NO OS PENSÉIS, ES QUE A MI NO ME INVITAN A CASI NINGÚN SARAO, así que a la que sé de algún evento de esos en los que no se necesita invitación, pa lla que me voy.
El pasado 27 de Mayo me enteré que había una suaré -sarao en francés- de nombre Showroom Vintage Barcelona, que se celebraba en el hotel ME. No os digo más, entre que no conocía el hotelazo en cuestión, que eso del vintage está de moda y que mi vida social es casi inexistente, me puse una camelia en la cabeza, cogí a mi cónyuge del brazo y en el hotel ME me planté.
OOOOOOH QUÉ DECEPCIÓN
Que todo era viejuno ya lo sabía que para eso era un evento vintage, pero lo que no sabía es que no había apenas luz y que no aceptaban tarjeta de crédito (últimamente mi cash brilla por su ausencia, del mismo modo que por su ausencia brilló el coctel que prometían y que aún estoy esperando).
De repente divisé una faldita que más o menos me gustaba y cuyo presupuesto cuadraba con lo que llevaba en el monedero así que me la probé allí mismo -es que no habían probadores- pero una vez puesta me quedé con las ganas de saber cómo me quedaba -es que tampoco había ni un maldito espejo- y como la palabra de mi esposo no es de fiar, dejé la falda en el perchero.
DECIDÍ PAVONEARME UN POCO PARA VER SI CAPTABA LA ATENCIÓN DEL FOTÓGRAFO QUE CUBRÍA EL EVENTO y que estaba fotografiando a las asistentes, me paseé delante de él, posturita por aquí, morritos por allá, ahora me rio, ahora me pongo tiesa cual Obregón en pleno posado veraniego... pero el tío soso no se digno ni hacerme una foto aunque fuera por la pena que yo estaba empezando a dar, eran tan sólo las 10 de la noche y ya estaba muerta de la vergüenza, amarilla de la ira y humillada por el fotógrafo chulesco, así que mi marido decidió que era el momento de largarse.
Mi cónyuge, mi orgullo herido y yo acabamos cenando en un hindú de la zona, me puse hasta arriba de curry y me zampé una botella entera de vino, la borrachera of course, fue de órdago.
Será que como mi amantísimo esposo se encargó de puntualizar yo soy más de cogorzas que de eventos fashion:
QUIÉN LO DIRÍA, CON LO MONA QUE YO VOY SIEMPRE.