DE CÓMO CONOCÍ A MI MARIDO

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• Camiseta: Bershka.
• Jeans: Mango.
• Sandalias: Chanel.
• Acompañante: Pastel de Moras.

PUES ESO, QUE ESTABA YO DE SARAO EN UNA DISCOTECA MUY GAY DE MI CIUDAD  -creo que era la única mujer de todo el local- y de repente,  entre tanto macho sudoroso y con camiseta de látex lo vi: el tiempo se detuvo a mi alrededor y maldije al destino por estarme jugando una broma macabra ¿Cómo podía ser que el hombre más interesante que se había cruzado en mi vida fuera gay?

 Como soy de buen conformar –al menos exteriormente- le acepté un café y fue entonces cuando empecé a dudar de su orientación sexual, ¿sería  hetero? (por favor, por favor, San Antonio, patrón de las solteras, sabes que es el primer favor que te pido y si me ayudas será el último).

DESEO CONCEDIDO, EL TIPO NO ERA GAY Y HUBO UNA SEGUNDA CITA.

En la segunda cita cambiamos el café por las cervezas, luego fuimos a cenar y acabamos tomando  unas copas; entre copas y risas confirmamos que estábamos hechos el uno para el otro,  así que sin más rodeos nos hicimos novios y a la tres semanas decidimos casarnos.

Rápidamente empezamos con los preparativos del bodorrio y puede constatar que no es necesario demasiado  tiempo para preparar la boda ideal y en un tiempo record me casé en la Iglesia de mis sueños (Santa Maria del Mar, los que conozcan Barcelona entenderán porque digo que es la iglesia de mis sueños), con  una celebración de ensueño (en el fantástico Hotel Arts de Barcelona) y con un vestido soñado (un diseño de Rosa Clarà que podéis ver aquí).

DICHO Y HECHO, UNOS MESES DESPUÉS DE AQUEL ENCUENTRO FORTUITO, NOS CONVERTIMOS EN MARIDO Y MUJER.

En Septiembre hará cuatro años que nos dimos el sí quiero y todo lo que tengo que decir es que es fantástico vivir los momentos más álgidos de una relación siendo  marido y mujer, tantas prisas teníamos de empezar nuestra vida juntos en nuestra nueva casa, que hasta nos perdimos el viaje de novios con tal de no retrasar el momento.